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Niño blanco, niño negro (Anastasio Pajuelo Gallardo)

En estas fechas de consumismo exagerado quizá nos vendría bien acordarnos de esas criaturas desamparadas que viven la crisis desde que nacieron y llevan en su cuerpo la marca del hambre.

(NIÑO BLANCO, NIÑO NEGRO)

Niño que vas a la escuela
envuelto en ropa de marca,
con cartera y bocadillo
y nunca nada te falta;
muy cerca de donde estás,
hinchado que no saciado,
vive el niño negro, triste
y del progreso olvidado.

Nació bajo un sol de arena
con estrellas por pañales
y desde su nacimiento
lleva la marca del hambre.
Le da lo mismo ser niño
que ser adulto o anciano,
porque sabe que el destino
se le escapó de las manos.

Con lo que cuesta un capricho
todo el año se mantiene,
si le dicen que hay un Dios
el niño no lo comprende.

En ese techo de estrellas,
en ese suelo de arena
se entretiene con las moscas
que a su negra piel le llegan.

Pero él nació para eso:
para que cuenta te dieras
de que aquello que te sobra
lo emplees de buena manera.
Él no puede darte nada
pues de todo le privaron,
y te manda una sonrisa
cargada de dientes blancos.

Niño blanco que te duermes
con un beso de cariño,
acuérdate que muy cerca
de donde estás hay un niño
que con sólo aprovechar
aquello que tú no quieras,
le da las gracias a Dios
aunque de hambre se muera.

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